lunes, 30 de mayo de 2011

MARIO ANAYA O EL RENACIMIENTO DE LAS BUENAS EPOCAS 2

Como la mayoría de inmigrantes salvadoreños en Estados Unidos, el tiempo no lo deslinda de sus raíces. Como talentoso cineasta, siente un compromiso serio consigo mismo para brindar al mundo una imagen positiva de El Salvador, y en ese afán no escatima esfuerzos para lograr sus metas.

Lo que otros perciben como frustraciones, Mario Anaya los ve como desafíos que tarde o temprano van a ser superados.
Entrevista: Fredycampos

Fredy Campos


Triunfos en Estados Unidos, viajes por el mundo y roce con celebridades de la cinematografía no le hacen olvidar sus raíces. Mario es demasido grande para detenerse en esas pequeñeces. Aquí nuestro cineasta se relaja reclinado "a la vera de un camino" en Quezaltepeque.

Dame una cronología de tu trayecto en este trabajo en Estados Unidos, Mario.

Mi carrera en sí la terminé como en el '88 aquí en LA, y a finales de ese año comencé a trabajar con UNIVISION, donde trabajé por tres años y medio como productor de un programa que se llamaba Fama y Fortuna, no sé si vos te acordás de ese programa.

Sí, Fama y Fortuna, de un chavo que se llamaba Luca Bentivoglio, o algo así.

Ajá, correcto, exactamente. Pues Luca Ventiboglio fue, digamos mi mentor en esos días. Recuerdo que salí de televisión y veía unos programas que producía Luca, por ejemplo uno que se llamaba Desde Hollywood, todo relacionado con entrevista de cine, actores y todo eso. Entonces yo, recién salido del College, fui a pedirle trabajo, llegué y noté que hacían todo sólo con dos máquinas y con ellas hacían bellezas, y le pregunto cómo es posible que hagan tanto con tan poco, y me dice “te fijas, solo somos dos y hacemos el trabajo de treinta.”

Pues luego Luca me entrevistó y me dijo que estaban proyectando un programa que se llamaba Fama y Fortuna, me preguntó que si podía viajar, yo le dije que sí, que tenía mis credenciales de college y mis papeles migratorios en orden. Me probó, vio que era medio abuzado y me dijo, “pues mientras se da el show, podés ayudarnos en producción.” Me quedé haciendo trabajo de producción hasta que se da el show y empecéa a viajar con ellos por toda Latinoamérica, hasta Europa con el equipo de Fama y Fortuna. Toda esa experiencia me expandió el horizonte, me hizo agarrar trucos y otras prácticas que fui capitalizando.


¿En qué momento decidís dejar esa fase con UNIVISION e iniciar tu propio proyecto, qué papel jugás en todo lo que hacés?

Yo soy productor, director y editor de mi propia compañía Mar Productions, que comencé hace doce años, la puedo describir como una productora independiente.

Además de Buenas Epocas, ¿Qué otras cartas de presentación tenés?

He estado participando en Festivales de Cine en cortometrajes. El primero es uno que se llama Lo Inexplicable, Verdadero Amor, que dura treinta minutos, acerca de un tipo que tiene un accidente de tránsito y a través de eso tiene un contacto con el más allá. Es una combinación ciencia, esoterismo, en fin, algo inexplicable. Ese corto participó en el primer Festival de Cine Carlos Montalván. Tuvo buenos comentarios.

Después de eso hice otro cortometraje que se llama Golondrina que es práticamente cine mudo, es de percepción de imágenes, que es un experimento para que el expectador vaya armando su rompecabezas y llegue a sus propias conclusiones a ver si coinciden con las proyectadas.

Estos son los dos trabajos que he hecho en el cine, pero aparte de eso he hecho documentales para la televisión como una serie que se llama Voces, para PBS, en el que participa Edwar James Olmos. La primera temporada salió en el 2006. Tremendos documentales, una serie de diez, yo dirigí toda la serie, creé el concepto, después salió Voces II, en el 2009. Eso así a grandes rasgos.

¿Hacés alguna otra cosa?

Sí, hacemos otros trabajos: comerciales, infomerciales, vídeos corporativos, y otros tipos de proyectos cortos para la televisión.


Hablame de Mario Anaya, el ser humano.

No tengo malos hábitos, tomo socialmente y hago ejercicios aeróbicos, he viajado por Europa y América Latina, soy optimista, veo el lado positivo de las cosas. Siempre voy en búsqueda de compartir cosas buenas, creo que en la medida que todos nos conozcamos y podamos hablar de las raíces que nos hacen iguales, podemos acercarnos más como personas. Porque si te das cuenta, aunque vengamos de diferentes culturas, en el fondo todos tenemos los mismos problemas no importa de dónde seamos.

JUEVES: EL PROYECTO BUENAS EPOCAS